EL PERIODISMO DEPORTIVO Y EL MUNDIAL.

Es muy recomendable este artículo, pero en virtud de mis más de 30 años de periodismo deportivo, me gustaría expresar tres cosas.

Primero. Como hace poco escribí un artículo en Iusport.es sobre la libertad de expresión en el deporte, el fenómeno de la comunicación es fundamental. Seguro hay una gran diferencia en expresar una correcta opinión (no jugó bien; fue un mal arbitraje; la conducta dirigencial no nos parece adecuada, etc. etc.) que manifestar «es un asco, un desastre, un burro, o peor aún, con ironías, y acercar comentarios que rocen con la calumnia, donde allí hay que probar lo dicho y encausar además de un trabajo periodístico, con una denuncia en la Justicia por un supuesto delito cometido.

El uso del lenguaje es muy importante. Ser claro en el pensamiento cuando se emite una opinión y ser creíble al brindar la información.

En segundo lugar, es triste ver y me ha sucedido dando clases, de observar que muchos jóvenes acuden a estudiar esta carrera por el absoluto cholulismo de querer ser como el periodista famoso de turno y no por amor al periodismo. Como ocurre con muchos que esbozan críticas, pero estando al frente del personaje corren por una fotografía o un autógrafo. Los medios periodísticos quieren a esos personajes, les interesa la polémica, el rumor, el quilombo, porque eso vende y estas empresas viven de la venta, de los auspiciantes. La cuestión es cuál está primero, el huevo o la gallina. Está primero lo que piensa el medio periodístico en imponer a la sociedad o conocer lo que necesita la sociedad en su mayoría.

En tercer lugar, hay que admitir algo, al jugador, como al político o al artista, le gustan los mimos. Les disgusta, aunque lo nieguen, aun una correcta crítica. Habrá quiénes pasada la molestia, lo acepten, lo reconozcan, recapaciten. Allí surge otro problema, aparece el «PERIODISTA AMIGO», el que pregunta lo que quiere el entrevistado, los famosos centros para la gloria del personaje, pero nunca una pregunta incómoda o indagar sobre algo que se necesite esclarecer.

A este lunar periodístico se le opone el periodismo de la crítica por la crítica misma o por buscar exitismo, muy común de periodistas que confunden su rol con el del artista. El celo de quién es más exitoso, el personaje de la historia o yo, el periodista que quiere ser importante.

Los medios, a través de sus productores o gerentes, apuestan por esos estilos. El Periodista amigo le sirve para traerle la EXCLUSIVA del ídolo. El Periodista Tira bomba, le es indispensable para el logro del rating, los gritos, la polémica, la discusión inútil.

¿Esto es Periodismo? me pregunto y les extiendo la pregunta. Para terminar, una anécdota muy valiosa les cuento.

Una vez en Santa Fe, un periodista de voley, dueño de una revista, no recuerdo su nombre, me dejó una enseñanza. Me preguntó, «Jozami, ¿qué es más fácil para un actor? ¿Hacer llorar o hacer reír?». Revisé en dónde hay más.

Me di cuenta que hacer llorar era más simple. Las novelas son más vendidas que los programas de humor y que buenos humoristas no me alcanzan los dedos de la mano para rescatarlos. «Bien, me dijo, el tema «ES NO PASAR INADVERTIDO». El exitismo del periodista necesita sentirse reconocido, no importa cómo. Es probable que le satisfaga que, por su tarea, miles de almas en un estadio o donde fuere, le recuerden a su madre de no buen modo». Fulano hdp, la p. que te p…) pero …no pasó inadvertido. Lo conocen, les sirve a los medios, su periodista es Reconocido». A diferencia, como tal vez el humorista, el periodista correcto sea reconocido no por miles de personas, pero con un saludo en la calle o en las redes hoy, donde el mensaje seguramente es otro. «Lo felicito por su artículo, por su entrevista o comentario». No serán miles, pero los suficientes para expresar con sentido el valor, del buen comunicador.

Nunca más supe de este hombre. Su enseñanza trató de transmitirla en cuanta conferencia o clase que me toca brindar. Estarán quiénes estén de acuerdo o no. Creo es parte de la vida.