Lástima que ya se sabe quién ganó el censo…

Es un enorme acierto de esta página haber lanzado el Censo Nacional de Hinchas. Significa entre otras cosas estar atentos a lo que ocurre en el país y colaborar desde este lugar con datos que suman al conocimiento general de la población. Sobre todo porque el mundo ha cambiado en los últimos años y tal vez arroje realidades distintas a las de las múltiples encuestas que se hicieron hasta el momento.

 

En los parques, en las playas, en los clubes o simplemente por la calle, hoy se ven pibes -y hasta grandotes buenudos- con las camisetas del Real, del Farsa o del Pechegé. Esos son hinchas que antes nacían de equipos argentinos y que en esta época de Play y de un bombardeo de partidos de todo el mundo, tranquilamente pueden decirte que son del Trabzonspor de Turquía.

Esta es la primera vez que se encara un trabajo serio con el tema y seguramente nos vamos a encontrar con alguna sorpresa con respecto a, por ejemplo, el sexto grande (definido el siglo pasado vaya uno a saber cómo). También se someterá a los números quién es el quinto, o el cuarto. En realidad, grande quedó uno solo y es Boca, pero de algún modo hay que llamar a los simpatizantes de los otros pobres clubes.

La grandeza no se mide sólo por la cantidad de hinchas, pero es un ítem clave. Fundamental. Marca tu popularidad o el conocimiento que hay del club a nivel global. Tal vez San Lorenzo tendría muchos más hinchas en el mundo si fuera fácil de localizar. Pero cuando empezás a explicarle a un danés acostumbrado a la prolijidad que se llama «de Almagro» pero nació en Boedo, que tiene la cancha en algún sector indefinido de la ciudad entre Soldati, Bajo Flores, el barrio 1-11-14 y Pompeya, el tipo elige hacerse de Tristán Suárez, que le da más certezas.

Esto del desconocimiento internacional es algo que han sufrido hasta equipos que se sienten más de lo que realmente son. Cuando el tío Joe nombró a una institución llamada Río de la Plata refiriéndose a River Plate, no estaba traduciendo el nombre para un auditorio calificado. Simplemente no sabía quiénes eran estos muchachos. Y eso que como presidente de la FIFA y súbdito de Don Julio -todos lo eran-, a Joseph Blatter (Joe) no le faltaban vínculos con la Argentina.

Otra historia que va a quedar resuelta con el censo es dónde está realmente el corazón de cada uno. Es muy común escuchar que alguien es hincha de un equipo en la A -el principal- y de otro en la B. Por caso, hay un amigo que es de River y de Quilmes. Si este censo se hubiera hecho hace diez años, en la temporada 2011-2012, ese amigo habría estado en un problema, porque el censo te permite votar uno por categoría. Y River y Quilmes, los dos, estaban en la B. ¿A cuál le hubiera dado el click? Todo un dilema. Hay que tener mala suerte, ¿no?

Los hinchas de Boca somos ajenos a todas esas cuestiones. Si hay algo que ya se sabe de este censo -perdón por el spoiler- es quién lo va a ganar. Nosotros cada vez somos más, acá y en el mundo. Hay un dato casi menor que es el de los socios, cuyo registro lleva la AFA: Boca es el primero, con 239.000, y lo sigue River, con 159.000. Pero basta con ver las imágenes de todo el planeta para encontrar siempre a alguien vistiendo orgullosamente la camiseta de Boca. Por cada diez nuestras, hay una de otros clubes argentinos. Reventamos Tokio cuando le ganamos al Real y los clubes inventan la condición de «neutrales» para que les llenemos la cancha. Esto sin contar los otros tópicos en los que somos líderes, como cantidad de títulos a nivel nacional y a nivel internacional. O no haber descendido jamás. O un estadio que es el mito del fútbol mundial (todos sueñan con pisarlo y sentir cómo late). O haber tenido como jugador e hincha a Diego, el más grande de todos los tiempos. Hay hasta dirigentes que quisieran ser presidentes de Boca pero tienen que conformarse con serlo en otros clubes menores. Les pasó a Chiqui Tapia en Barracas y a Passarella en River, por citar sólo dos ejemplos que vienen rápidamente a la cabeza.
Así que a votar, muchachos. Todos, de todos los clubes, de Primera o del ascenso. Llenen las urnas digitales de TyC Sports. Que no pase como con las canchas, que nunca están completas (pensar que algunos las agrandan cuando les sobraba con lo que tenían). Y no tengan miedo de perder: ya perdieron.